martes, 31 de marzo de 2009

TRANSGÉNICOS

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Problemática de la Sojización y la soberanía nacional
10-02-09, Por Alberto J. Lapolla


Hemos dado en llamar Sojización al proceso de expansión desmedida e incontrolada del monocultivo de soja transgénica forrajera, conocida como soja RR. Esto implica el cultivo, ya en 17 millones de hectáreas, de esta soja genéticamente modificada por la multinacional Monsanto, que la hace resistente al herbicida glifosato, cuyo nombre comercial es Round-up, a cuya resistencia hace mención el agregado RR (Round-up Ready). Este sistema implica un paquete tecnológico compuesto por la aplicación reiterada del herbicida glifosato –y otros-, la siembra de semilla transgénica de soja RR, mediante el sistema de Siembra sin labranza denominada Siembra Directa.

Argentina Sojizada

Hemos dado en llamar Sojización al proceso de expansión desmedida e incontrolada del monocultivo de soja transgénica forrajera, conocida como soja RR. Esto implica el cultivo, ya en 17 millones de hectáreas, de esta soja genéticamente modificada por la multinacional Monsanto, que la hace resistente al herbicida glifosato, cuyo nombre comercial es Round-up, a cuya resistencia hace mención el agregado RR (Round-up Ready). Este sistema implica un paquete tecnológico compuesto por la aplicación reiterada del herbicida glifosato –y otros-, la siembra de semilla transgénica de soja RR, mediante el sistema de Siembra sin labranza denominada Siembra Directa.
La expansión de este sistema de cultivo, más allá de cualquier consideración ecológica, ambiental, agronómica, de salud pública, social o macroeconómica, es el proceso que hemos dado en llamar Sojización para caracterizar un cambio radical del agroecosistema nacional y por ende de todo nuestro sistema agropecuario. El cultivo de soja transgénica forrajera ocupa ya más del 50.% de la producción de granos y el 55% de la superficie agrícola sembrada. Pero si en realidad consideráramos la superficie agrícola original de este proceso, allá por 1995, la expansión es muchísimo mayor. La superficie sembrada hoy con soja RR, supera a toda el área sembrada existente en 1995. Esto implica que para llegar a los 35 millones de hectáreas actuales, se debió ocupar una enorme cantidad de tierras históricamente destinadas a la ganadería, a la lechería, al monte frutal, a la horticultura, al monte virgen, a la apicultura, a la producción familiar, y a otros cultivos que fueron desplazados por la soja como el girasol, el maíz, la batata y el algodón.
La superficie sojizada crece año a año a costa de otras producciones. Así en 2004, la superficie agrícola total era de 27 millones de has, mientras que hoy ya superamos las 35 millones de has, cifra equivalente al 12.5% de la superficie del país. El pool sojero multinacional que controla y domina el ‘negocio’, estima que para el año 2017 la cifra de la superficie agrícola argentina debe orillar las 120 millones de has. Algo así como el 43% de la superficie nacional, un verdadero disparate ambiental y agronómico. La Sojización desenfrenada de la nación, lejos de ser un hecho saludable, constituye un verdadero problema en expansión para la economía nacional y la protección de nuestro ecosistema agrícola. Pero lo es también para la vida misma de nuestros habitantes. Este hecho ha sido señalado correctamente varias veces por la Presidenta de la Nación a partir de la sanción de la resolución 125, que tenía como objetivo encomiable poner freno a esta expansión.
Sólo 19 naciones en el mundo permiten el cultivo de variedades transgénicas -es decir modificadas genéticamente (OGM)- de manera libre y sólo 5 lo permiten en gran escala, la Argentina es una de ellas, siendo la que posee la mayor superficie relativa de OGM sembrada de manera abierta en el mundo. Mientras otros países toman medidas para reducir o prohibir la superficie sembrada con soja RR, la Argentina sigue expandiendo la frontera sojera sin límite ni precaución alguno. Peor aun, el 99% de la soja sembrada en nuestro país es transgénica (sojaRR). Siendo la soja una especie de polinización cerrada o autógama en un porcentaje del 95 al 99%, es dable suponer que la soja no transgénica (la llamada soja orgánica) es muy difícil que se encuentre en nuestro territorio. Este sólo hecho ya constituiría un grave problema debido a la expansión descontrolada de OGM. El saber científico actual, aportado por el estudio del genoma humano ha demolido la teoría de base de la transgenia: ‘un gen una proteína’, sumiendo a los científicos empleados de las multinacionales en el desconcierto y el ocultamiento. De hecho desconocemos qué efectos puedan producir los OGM en el ecosistema global y en la salud humana, a mediano y largo plazo. La OMS ha señalado que desde 1995, fecha en que los cultivos transgénicos hicieron su irrupción en el mercado, el 65 % de las afecciones de la población mundial, está relacionado con la alimentación. Este hecho, de por sí gravísimo, es apenas el primero de una larga lista de efectos nocivos que la sojización arroja sobre nuestra población.



¡Ay Felipe!


La multinacional Monsanto culminó el proceso de estabilización de la soja RR en 1993, ya en 1994 fue aprobada por el organismo correspondiente al control alimentario de los EEUU, con la oposición de las Agencia Nacional Ambiental (USDA). Las fuertes presiones de la empresa lograron que al año siguiente, la USDA aprobara la liberación de la soja RR. Entre la estabilización de la soja RR, y su lanzamiento al ecosistema mundial apenas transcurrieron dos o tres años, lapso insuficiente para evaluar efectos ambientales, sobre el conjunto del ecosistema global a corto, medianos y largo plazo. Cabe señalar que la transgenia implica una fuerte alteración de los mecanismos de la selección natural, con implicancias directas en la biosíntesis de proteínas y en cuestiones relacionadas con el sistema inmunológico y el cáncer. Pero lo más grave que nos compete, es que en ese mismo año, 1995, el entonces secretario de Agricultura del menemato, el Ing. Felipe Solá autorizó la liberación de la soja RR en nuestro país, sin ningún estudio previo que avalara dicha decisión. De allí en más nada la ha detenido, produciendo graves efectos ambientales, sociales, sanitarios y estructurales.
En principio la sojización ha transformado a nuestra producción agropecuaria casi en un monocultivo, hecho peligroso desde el punto de vista ambiental y respecto de la estructura productiva de la nación. Todo modelo basado en el monocultivo es esencialmente no sustentable y estructuralmente débil. Sin embargo la expansión del monocultivo de soja transgénica, trae aparejada otros serios problemas. El más importante radica en la degradación de nuestro sistema productivo: hemos dejado de ser un país productor de alimentos, para pasar a ser un enclave productor de forraje, para que otras naciones –las más industrializadas o en vías de serlo- produzcan carne. Ya no somos el ‘granero del mundo’ en este revival del modelo agroexportador de cuño británico –ahora chino- posterior a Pavón, sino que somos productores de ‘pasto-soja’, para que China, India y la Unión Europea puedan criar de manera subsidiada –por los argentinos- a sus cerdos, aves y vacunos. En 17 millones de has, de las mejores tierras agrícolas del mundo, los argentinos (es decir los 80.000 sojeros) no producimos alimentos, producimos ‘pasto-soja’ para exportar a China, la India y la UE. En este planteo neocolonial hemos llegado al extremo de venderle soja en grano a Chile para que produzca carne aviar y porcina y la exporte, mientras nosotros importamos ambos productos debido a la reducción drástica de las áreas y los stocks ganaderos y cárnicos producidos por la sojización. Pese a lo que señalan los defensores del modelo sojero, la exportación de granos, aceite, torta, u otros derivados de soja equivale a exportar forraje puro, es decir ‘pasto soja’.

‘Feed lot’ y sojización.

Contaminación al por mayor


Hemos reducido nuestra producción de carne -al disminuir el área, el número de cabezas y la calidad de los campos destinados a la misma- para producir ‘pasto-soja’, debiendo apelar a la altamente peligrosa herramienta del feed-lot, pasando a producir carne de pésima calidad y con bajísimo nivel de seguridad alimentaria, en el país que alguna vez tuvo la ‘mejor carne del mundo’. Destinamos nuestras mejores tierras a producir forraje -y ahora también agro-combustibles-, para que otros países produzcan y exporten carne, en lugar de hacerlo nosotros. Esto repercute no sólo en la mala calidad de lo que comemos, sino marcadamente, en el precio de los alimentos al verse reducida su oferta por disminución de la superficie sembrada y por el aumento del costo de oportunidad de su producción. El aumento del precio de los alimentos de primera necesidad como las hortalizas, las frutas, los lácteos y los diferentes productos cárnicos –la carne ovina pasó de ser un sustituto barato de la carne vacuna a ser un producto de lujo- tiene relación directa con la disminución constante del área destinada a su producción, ante el avance arrollador de la soja forrajera. Ya el objeto de nuestra producción agrícola no es la de producir alimentos para el consumo de nuestra población, exportando el remanente, sino que todo el sistema agrícola del país está puesto al servicio de producir ‘pasto-soja’, para la exportación a los países industrializados o en vías de desarrollo, que poseen políticas estatales nacionales.
El otro elemento de extrema gravedad producido por la sojización, radica en la altísima contaminación ambiental que produce el sistema, ya que el mismo se basa en el uso masivo de agrotóxicos –principalmente herbicidas- en forma permanente. No sólo glifosato, sino una larga lista de productos de altísima toxicidad, algunos prohibidos en los países centrales. En la última campaña se usaron alrededor de 220 millones de litros de glisfosato, de 23 a 29 millones de litros de 2-4-D, cerca de 7 millones de litros de endosulfán y casi el mismo volumen de atrazina y un volumen menor diquat y paraquat, llegando a un total de alrededor de 150 mil toneladas de plaguicidas y 1.3 millones de Tn de fertilizantes, con efectos acumulativos y exponencialmente crecientes desde 1996 hasta la fecha. Tanto el 2-4-D, el diquat, el paraquat, el endosulfán sumados a los coadyudantes y acompañantes del glifosato, son productos altamente cancerígenos. Recientes estudios del Instituto Curie francés, llevados adelante por el Dr R. Bellé, confirman que el glifosato en su forma comercial más habitual, el Round-up, es disparador de los mecanismos formadores del cáncer.(1) En estos días se han hecho públicos los graves casos del Barrio Ituzaingó Anexo en Cordoba, donde la justicia ha prohibido las fumigaciones después de 10 años de reclamos(7). El caso de Loma Sené en Formosa, nos hizo famosos en el mundo.(8) Y los miles de casos de cáncer de la cuenca sojera pampeana, detectados en un estudio multidisciplinario realizado en la zona y que sufre fortísimas presiones para su publicación.(2) Todos estos productos, utilizados sin ningún control por parte de las reparticiones provinciales o municipales correspondientes, son cancerígenos, producen alergias, malformaciones, reacciones en la piel, afecciones respiratorias, afectan los embarazos, producen abortos espontáneos y han disparado la tasa de cáncer en la Argentina respecto de las cifras de 1995. Es necesario señalar que la soja RR está presente como complemento, en infinidad de alimentos locales desde hamburguesas, jugos, golosinas, fiambres y chocolates, por lo que los efectos tóxicos se multiplican.


Súper malezas

Otro aspecto de gravedad ambiental inusitada desarrollado por la sojización, refiere a que en términos ecológicos y ambientales, todo el sistema de Siembra directa-soja RR-glifosato, no es más que un gigantesco experimento, de selección de malezas resistentes y contaminaciones genéticas verticales y horizontales irreversibles, a través de transgenes y uso masivo de herbicidas, con efectos futuros apenas entrevistos. Ya hay aproximadamente treinta especies con resistencia al glifosato. Recientemente se ha sumado la aparición de Sorgo de Alepo, lo cual puede transformarse en un grave problema. Otro aspecto del problema, radica en la pérdida de la fertilidad de nuestros suelos que el sistema implica. Además de la ausencia de rotaciones de cultivos y del retorno de los suelos a la pastura como restauración natural de su fertilidad, y de saneamiento, cada cosecha implica una enorme extracción de nutrientes que salen con los granos y que no son repuestos. Para producir una Tn de grano la soja extrae 16 kg/ha de calcio, 9 kg de magnesio, 7 kg de azufre, 8 kg de fósforo, 33 kg de potasio, y 80 kg de nitrógeno. Esta exacción permanente afecta de manera directa la fertilidad actual del suelo y al repetirse en un ciclo continuo y prolongado, afecta también la fertilidad potencial de los mismos. Con el agravante que la fertilización química produce contaminación, que eutrofiza y contamina los cursos y reservorios de agua, mientras que la restauración natural de la fertilidad no produce ninguna contaminación y tiene mucho menor costo. El costo de reposición de las unidades de fertilzante exportados en N, P y S de la última cosecha, implicaría un desembolso superior a 1500 millones de USS.


La soja destruye empleo y producción


Cada 500 has de soja RR se genera un solo puesto de trabajo, destruyendo 9 de cada 10 puestos de trabajo efectivo. La razón radica en el diferente Tiempo Operativo de Labranza (TOL), entre los sistemas Tradicional y SD. El TOL del sistema SD-soja RR es de 40 minutos/hombre/Ha, contra 180 minutos/hombre/Ha del sistema tradicional. Por el contrario 100 Has destinadas a la agricultura familiar producen 35 puestos de trabajo reales, sin contaminación ambiental alguna. Esta bajísima demanda laboral explica que hoy los trabajadores rurales apenas lleguen a 1.3 millones, con el agravante de que sólo un tercio trabaja en blanco.
Otro aspecto que se suma al anterior, es la destrucción de la pequeña producción, que lleva adelante la sojización. Ante los márgenes de ganancia de la soja RR y sin intervención estatal que cambie la ecuación –el ‘mercado’ jamás lo hará- dejan de ser viables la huerta, el monte frutal, la apicultura, la ganadería, el monte artificial, la producción lechera, porcina o apícola. Algunas por competencia, otras simplemente por cercanía a los vuelos u aplicaciones terrestres de glifosato que por ser un herbicida total destruye todo tipo de plantaciones por deriva. De igual manera, a simple dominio de mercado no son viables la ganadería en pequeña escala –imprescindible para recuperar la economía de escala familiar- ni las producciones mencionadas. Tampoco es rentable la soja RR para superficies menores de 300, 350 y hasta 500 has según la región, por lo cual los pequeños y medianos agricultores deben arrendar o vender sus campos. Esto ya produjo la desaparición de casi 180.000 productores entre 1990 y 2002. Por el mismo motivo y por las políticas macro aplicadas desde 1976, se produjo un aumento de la concentración de la tierra con cifras similares a las del apogeo de la ‘República’ conservadora.
Entre 1966 y 2002 desaparecieron la mitad de los productores, pasando de tener 650.000 a menos de 330.000, con el agravante que el 49.7% de la tierra (la mitad de la superficie del país) pertenece a 6900 propietarios, y más de 40 millones de has (el 14% del territorio nacional), están en manos extranjeras incluidas áreas de frontera, cursos de agua y zonas estratégicas. Otro aspecto que produce la sojización, es el robo ‘legal’ de la propiedad ancestral y la expulsión manu militari de gente del campo, en particular campesinos pobres y comunidades de los pueblos originarios. La sojización hace posible la producción de ‘pasto-soja’ en regiones y lugares donde antes la agricultura no era posible. Por lo que las tierras marginales que antes se despreciaban y servían para refugio y alimento de los más pobres, ahora tienen valor. Más allá de los graves riesgos ambientales, que implica trasladar el sistema de la agricultura pampeana a regiones de enorme fragilidad ecológica en un planteo de agricultura permanente, como lo son el NOA, o el NEA, el hecho produce la perversión de expulsar de sus tierras a las comunidades ancestrales o de escasos recursos, que vivían en ellas de la producción familiar o de los frutos del monte. Expulsados como sea, mediante la conspiración mafiosa de gobiernos provinciales y comunales, estudios jurídicos gangsteriles, fondos de inversión al servicio del capital financiero o mediante el simple y expeditivo sistema de mandar la gendarmería de noche, para echar a humildes y pacíficos pobladores, matándoles los animales y echándolos a la ruta. Se producen así nuevas áreas de ‘agronegocios’ de espantosa eticidad. Consorcios de cara oscura y oculta, se apoderan de enormes extensiones de tierras, robadas a sus verdaderos dueños. Este hecho ilegítimo, que arrasa con derechos escritos en la Constitución Nacional debe ser resuelto exactamente de la manera inversa: es necesario repoblar el campo y desarrollar políticas de desconcentración de la tierra, creando miles de nuevos productores familiares, ‘nuestros paisanos los indios’(4) los primeros.
Por último, la sojización, ha arrasado el monte nativo, hasta prácticamente su eliminación total. Según señalara el Ing. C. Merenson en 1914 poseíamos 105 millones de hectáreas de bosques nativos, lo que equivalía a más de un tercio de la superficie nacional, pero ya en 1994 sólo restaban 35 millones de has, luego entre 1984 y 2002, con la expansión de la soja RR, el área boscosa se redujo en otro millón de has. Por su parte el Dr. M. Altieri, señaló que la sojización ha producido en América Latina la pérdida de 21 millones de has de bosque de los cuales 14 millones corresponden a la Argentina. A lo dicho debemos sumarle la febril depredación producida en 2007 y 2008, dado que las empresas temiendo la aprobación de la Ley de bosques salieron a arrasar lo que quedaba. De tal forma creemos como el Dr. Morello que ‘el bosque nativo en la Argentina es cosa del pasado. Hoy ya no existe’(6)

¿Cómo salir de la trampa?


Concluyendo, este conjunto de factores trae aparejadas la destrucción de la fertilidad de los suelos, elimina la bioregulación, destruye la biodiversidad de nuestro agroecosistema, y produce fuertes afectaciones a la flora y la fauna, realizando la contaminación masiva del suelo, los cursos de agua, las napas, los ríos y el hábitat general de nuestros habitantes. También acarrea la miseria, la expulsión y la destrucción de la producción familiar y de los trabajadores del campo. Todo ello para producir riqueza para un sector munúsculo de la población: 80.000 productores sojeros, sobre 330.000 productores agrarios y 40 millones de argentinos. Sector minúsculo que unido al complejo sojero multinacional, se enriquece a costa de la devastación y de la postración nacional.
Creemos necesario un Plan Nacional Agropecuario que organice una salida gradual de la sojización, basado en el repoblamiento rural, con entrega de tierras. Con políticas activas de apoyo, estímulo y protección de la producción familiar y de la pequeña producción, recuperando la producción natural de alimentos como base del campo argentino, hacia un modelo de desarrollo rural en función de los intereses nacionales y populares. Debemos aspirara a tener cientos de miles de nuevos productores agrarios, que produzcan alimentos sanos en cantidad y calidad suficiente para alimentar a toda nuestra población y exportar el remanente. Además de aplicar justas retenciones, es necesario penalizar la exportación de grano, aceite o torta de soja, estimulando la producción de carne y la agregación de valor, apelando al desarrollo local como forma de recuperar producciones arrasadas por la soja, estimulando todas las producciones debilitadas como la ganadería, la lechería y la horticultura. Se deben prohibir las fumigaciones cercanas a los poblados y se deben reducir drásticamente las aplicaciones excesivas e innecesarias de herbicidas y pesticidas en general, generando políticas de depuración y recuperación ambiental regionales. Este primer paso obligaría a alternar rotaciones agrícolas-ganaderas y rotaciones de cultivos, mejorando la situación ecológica en general. Es necesario reducir año a año el área de soja RR, así como comenzar a sanear zonas contaminadas por transgenes y pesticidas a granel, mientras se estimula el uso de Justificar a ambos ladosprácticas no contaminantes, especialmente vinculadas al enorme potencial de la agroecología y la economía familiar. Los argentinos no necesitamos la soja RR para nuestro desarrollo, su expansión descontrolada ha sido una imposición del ‘mercado mundial’, en una nueva etapa de división internacional del trabajo que está llegando a su fin de manera estrepitosa. Es posible recuperar una política soberana de desarrollo nacional y agropecuario insertado, en la necesaria reindustrialización de la nación, distribuyendo la brutal concentración de la riqueza producida desde 1976 en adelante.

lunes, 23 de marzo de 2009

EL NEGOCIO DE LAS VACUNAS

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De acuerdo a la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia las enfermedades infantiles decrecieron 90% entre 1850 y 1940, paralelamente a las mejores condiciones sanitarias, mucho antes de los programas de vacunación obligatoria. Las muertes por enfermedades infantiles en EE.UU. e Inglaterra declinaron 80% antes de la vacunación.En Gran Bretaña el pico epidémico de polio fue en 1950 y había declinado 82% al momento en el cual la vacuna se introdujo en 1956. Otras enfermedades como la escarlatina o varicela se han transformado en enfermedades leves comparada con las características que tenían en sus comienzos. Para esta última recién en los últimos años se ha comenzando a vacunar.La Organización Mundial de la Salud reporta que las cifras de enfermedad y mortalidad en países del tercer mundo no tienen correlación directa con los procedimientos inmunizantes [1].Todos sabemos por experiencia familiar y profesional que quienes padecen de paperas generalmente habían sido inmunizados para la misma con la vacuna triple viral, pero lo habitual es que estos casos no sean denunciados. En Nueva York solamente el 3,2% de los pediatras reportan los casos de sarampión al departamento de salud.Es importante señalar que se comprobó que en la gran mayoría de los países donde se comienza a inmunizar con antipolio (vacuna Sabin o Salk) o antidiftérica, aumentan significativamente los casos de estas enfermedades, que se pretendían prevenir.
En síntesis, nada permite afirmar que las vacunaciones han hecho desaparecer o retroceder las epidemias: todo lleva a pensar que la evolución de éstas nada tiene que ver con las vacunas.

BIBLIOGRAFÍA· * Basado en "Dispelling Vaccination Myths" de Alan Phillips, julio 1996 · [1] S. Curtis. A handbook of homeopathic alternatives to inmunization


Mito 2

"Las vacunas son muy efectivas

La literatura médica tiene un sorprendente número de estudios que documentan el fracaso de las vacunas. Brotes de sarampión, paperas, varicela, polio, coqueluche y por haemophilus influenza, han ocurrido en poblaciones vacunadas [2,3,4,5,6]. En 1989 el Centro de Control de Enfermedades (CDC norteamericano) informa: "Entre niños en edad escolar han ocurrido brotes de sarampión con niveles de vacunación mayores al 98% [7] y hasta con 100%. Esto ha ocurrido en distintas partes del país, incluyendo áreas que no habían reportado sarampión por años" [8].Japón experimentó un incremento anual de varicela siguiendo a la introducción de la vacuna. En la República de Omán durante 1989 se produjo un brote diseminado de polio después de seis meses de haberse arribado a una completa vacunación (98%) [9].En EE.UU. en 1986, 90% de 1.300 casos de tos convulsa (coqueluche) en Kansas estaban adecuadamente vacunados [10]. En Chicago durante 1993 el 72% de los casos de coqueluche estaban al día con su vacunación [11].Para la BCG existe un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en la India, a gran escala, que revela que esta vacuna no es efectiva contra la tuberculosis (Salud Mundial, abril de 1980).Comparando los casos de tétanos entre la primera y segunda guerra mundiales, se comprueba que la disminución en el porcentaje se debió más al cuidado de las heridas que a la vacunación (Salud e infección, Fernand Delarue, México, 1980).
En síntesis, las evidencias sugieren que las vacunaciones tienen un rol irrelevante en la prevención de las enfermedades infectocontagiosas.

BIBLIOGRAFÍA· * Basado en "Dispelling Vaccination Myths" de Alan Phillips, julio 1996 · [2] Pediatric Infectious Disease Journal 13(1):34-8, 1994 Jan· [3] Canadian Medical Association Journal. 150(7):1093-8, 1994 Apr. 1· [4] American Journal of Disease of Children. 145(12): 1379-82, 1991 Dec.· [5] Journal of Infectious Diseases. 169(1): 77-82, 1994 Jan. 1
· [6] Infection Control & Hospital Epidemology. 14(2): 81-6, 1993 Feb.· [7] Morbility and Mortality Weekly Report (MMWR) 38: 8-9, 1989· [8] MMWR. Measles. 38: 329-330, 1989· [9] Lancet. 338: 715-720, 1991 Sept. 21· [10] Neil Miller. Vaccines are they safe and effective?· [11] Chicago Dept. of Health


Mito 3

"Las vacunas son seguras"

El Sistema de Reporte de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS de EE.UU.) recibe 11.000 denuncias anuales de reacciones adversas, alrededor de 1% de las cuales equivalen a muertes. La mayoría de las muertes son atribuidas a la vacuna anticoqueluchosa, la P de la vacuna DPT (Difteria-Pertussis-Tétanos). La FDA (Administración de Drogas y Alimentos) estima que solamente alrededor de un 10% de las reacciones adversas son informadas, un guarismo también sostenido por dos investigaciones del NVCI (Centro Nacional de Investigaciones Vacunales). Estos hallazgos sugieren que las muertes por vacunas están por encima de 1.000 cada año.Estudios internacionales muestran que las vacunas son causa del Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI), cuyo pico acontece entre los 2 y 4 meses, precisamente cuando comienza el plan de vacunación. También hay estudios que afirman lo contrario, al señalar que ello es debido a una coincidencia entre el SMSI y la edad de vacunación. Sin embargo en Japón a mitad de la década del 70 se pasó la edad para comenzar a vacunar de los 2 meses a los 2 años, y la incidencia de SMSI cayó dramáticamente.Actualmente se está vacunando desde la etapa neonatal con BCG y vacuna contra hepatitis B, con el equivalente, para un adulto de 70 kilos, de 10 cm3 de la primera y 5 cm3 de la segunda. Se considera que uno en 175 niños que completaron las series de DPT sufren severas reacciones [12], entre las que se encuentran trastornos convulsivos (1 en 300) [13]. Es llamativo que en Inglaterra, Gales y Alemania del Oeste tuvieron más casos fatales de tos convulsa en los años 70, cuando la proporción de inmunización fue alta, comparada con la década del 80, cuando la proporción había descendido [13].Se considera que el costo por indemnizaciones del programa federal de compensación por efectos adversos vacunales (NIVCP) asciende a 90 millones anuales en los Estados Unidos.La agencia de Salud y Asistencia Humana de California reveló un incremento del 273% en el diagnóstico de autismo en la pasada década. Para el Instituto de Investigación y Tratamiento del autismo el incremento de las vacunaciones en los niños pequeños es un co-factor contribuyente en el desarrollo de esta enfermedad. Muchos niños sanos antes de ser vacunados y que desarrollaron comportamientos autísticos también mostraron signos de disfunción del sistema inmune. Los estados de Florida, Maryland y New Jersey reportaron similar incremento de esta patología.Investigaciones efectuadas en 1998 y 1999 mostraron, luego de la administración de la vacuna contra hepatitis B (producida con nuevas técnicas de ingeniería genética), la aparición de procesos artríticos, daño muscular y nervioso, pérdida de visión y de memoria, síndrome de fatiga crónica, polineuropatía desmielinizante y también el fallecimiento de bebés a las horas de recibirla. Con la vacuna contra la gripe o influenza pueden darse casos similares. Veamos que acontece con la diabetes Tipo I (insulinodependiente). Se la considera una enfermedad cuya susceptibilidad puede ser hereditaria pero donde los factores medio ambientales pueden iniciar su desarrollo [14], entre ellos, infecciones virales y la presencia de procesos autoinmunes [15, 16].Entre las vacunas a las cuales se las vincula al desencadenamiento de esta enfermedad se encuentran la vacuna anticoqueluchosa [17], la vacuna contra la rubéola [18, 19], que se administra junto a la de paperas, que también puede ser un factor desencadenante [20]. Estos procesos se desarrollan con un período de latencia entre 2 a 5 años. La vacuna antisarampionosa que es la que completa la llamada MMR no estaría involucrada en este padecimiento. En cuanto a la vacuna para haemophilus influenza B (Hib) se observó en 114.000 niños finlandeses que aquellos que habían recibido 4 dosis tuvieron una alta incidencia de diabetes Tipo 1 comparado con quienes habían recibido una sola dosis. Barthelow Classen informó del incremento de Diabetes insulinodependiente luego de un programa de vacunación contra hepatitis B en Nueva Zelanda, a partir de 1988 [21].En 1996 investigadores de la Universidad de Tel Aviv admiten que algunas vacunas pueden ser desencadenantes de procesos autoinmunes y que ello ha recibido poca atención en los estudios clínicos y de laboratorio. Tales vacunas son las de influenza (gripe), hepatitis A, hepatitis B, rabia, tétanos, MMR y polio oral. Dentro de estas enfermedades se encuentran la artritis, púrpura, lupus y afectaciones del sistema nervioso como neuritis, desmielinización, miastenia gravis y síndrome de Guillain-Barré.Ha sido reconocido que la vacuna Sabin ha tenido un contaminante viral del mono, donde solía prepararse la vacuna, denominado SV40 o virus simio 40. Este virus tiene una gran capacidad para producir tumores malignos de distinta naturaleza (cerebrales, óseos, linfáticos).Un hecho interesante fue lo acontecido con la vacuna BCG, aplicada por Calmette y Guerin en 1928 a la población dinamarquesa de la isla de Bornholm. A los 20 años se notó un descenso de la tuberculosis, en la misma magnitud que en zonas que no recibieron esta vacuna. Pero llamó la atención que en 1952 apareció súbitamente una enfermedad neurológica descripta por el Dr Lépine y denominada por él como "enfermedad de Bornholm" que sólo se presentó en quienes habían recibido la vacuna ("El peligro vacunal". Florencio Escardó).Aparte de los elementos biológicos las vacunas contienen una serie de sustancias que pueden tener un efecto tóxico como el Timerasol (compuesto mercurial), hidróxido de aluminio, formaldehído y ácido acetilsalicílico. A los 6 meses de edad un bebé, si cumple con las vacunas recomendadas, recibe una dosis de mercurio que excede los límites aceptados. Recientemente Gran Bretaña retiró una vacuna contra la polio al descubrir que se la cultivaba a partir de suero bovino producido cuando la "enfermedad de la vaca loca" estaba en su punto álgido. Sir Richard Southwood alertó de que el peligro de "infección" era moderadamente alto, en contra de la opinión de las autoridades ( La Nación, 20 de diciembre de 2000). En síntesis, las vacunaciones son causa significativa de invalidez y muerte.

BIBLIOGRAFÍA· * Basado en "Dispelling Vaccination Myths" de Alan Phillips, julio 1996 · [12] Pediatrics. Vol. 68(5), 1991 Nov.· [13] The Fresno Bee. DPT Report, 1984 Dec. 5· [14] Alexander Bearn· [15] Daniel Stiter y otros. "Clinical Inmunology" 5ta. Edición. Los Altos, CF, 1984
[16] Idem· [17] Coulter y Fisher. DPT, "A Shot in the Dark". N.Y. Avery Publishers, 1991 · [18] Margaret Menses. Rubella Infection and Diabetes Mellitus. Lancet, Jan. 1978· [19] E. Rayfield. Rubella virus y diabetes inducida. Diabetes 35, 1986 dic.· [20] K. Stratton. "Adverse events associated with childhood vaccines" Washington, NAP 1993· [21] B. Classen. Childhood inmunization and diabetes mellitus. New Zeland M. J.


Mito 4

"Las enfermedades comunes de la infancia son extremadamente peligrosas"

En el momento actual las enfermedades comunes de la infancia tienen pocas consecuencias, son benignas y autolimitadas. En realidad en países del tercer mundo, las complicaciones dependen del estado nutritivo y sanitario de la población infantil. Por otra parte la naturaleza transitoria de la inmunización por las vacunas, para aquellas que tienen alguna efectividad, hace que las enfermedades se padezcan en edad adulta, lo que conlleva mayor gravedad. En cambio las enfermedades naturales dan una inmunidad sólida.Se ha observado que quienes no han padecido sarampión tienen mayor incidencia de ciertas enfermedades de piel o degenerativas de cartílago y hueso. Es un hecho observado que luego de las enfermedades agudas comunes, los niños sufran un crecimiento y maduración significativos.
En síntesis, el peligro de las enfermedades infantiles está exagerado para atemorizar a los padres y lograr que vacunen a sus hijos.


Mito 5

"Las vacunas tienen una sólida base teórica y práctica"

El fundamento de las vacunaciones es su capacidad de estimular la producción de anticuerpos en el receptor. Pero no queda claro si esta producción de anticuerpos constituye una real cobertura inmunológica. Niños con agamma globulinemia, que son incapaces de producir anticuerpos, se recuperan de las enfermedades comunes de la infancia casi tan rapidamente como los otros niños [22].Un estudio publicado por el Consejo Médico Británico (BMC) en 1950 reportaba que durante una epidemia de difteria no había habido relación entre el recuento de anticuerpos y la incidencia de la enfermedad. Los investigadores encontraron resistencia en personas con cifras muy bajas de anticuerpos y enfermos con un alto nivel de los mismos [23].La inmunización natural es un fenómeno complejo que involucra a varios órganos y sistemas, que no pueden ser replicados en su totalidad por una estimulación artificial. En realidad las vacunas sólo pueden en el mejor de los casos generar una inmunidad específica hacia los elementos que componen la vacuna, haciendo que el receptor sea incapaz de reaccionar a una infección diferente [24].Otro de los elementos teóricos de la vacunación señala que la "cobertura poblacional", en la cual un gran porcentaje de personas han sido vacunadas, asegura la protección. Sin embargo como vimos anteriormente (Mito 2), se han visto epidemias con coberturas de hasta un 100% [25].Un funcionario epidemiólogo de Minnesota concluye que la vacuna contra haemophilus (Hib), al igual que lo sostenido en congresos de pediatría, incrementa el riesgo de padecer la enfermedad en contraste con los no vacunados.Finalmente se asume que todos los vacunados responderán de la misma manera sin tener en cuenta factores raciales, sociales, nutritivas e individuales. Hace unos años se efectuaron campañas de vacunación en la zona norte de Australia lo que incrementó la mortalidad infantil en un 50%, probablemente por el déficit en la población aborigen de vitamina C [26].


Mito 6

"El control de la polio fue uno de los grandes sucesos debido a la acción de las vacunas"

En Nueva Inglaterra se reportaron incrementos de polio un año posterior al comienzo de la introducción de la vacuna Salk. Al igual que en Río de Janeiro donde de una cifra histórica de 80 casos de polio se pasó a 700 al comienzo de la vacunación Salk y a 1200 luego de la introducción de la Sabin en 1965. En Massachussets en el año 1959, 77.5% de los casos de parálisis habían recibido 3 dosis de Salk o VIP (Vacuna Inyectable de Polio). Durante 1962 en el Congreso Estadounidense el Dr Bernard Greenberg, jefe del Departamento de Bioestadística de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte, testificó que no sólo los casos de polio se habían incrementado sustancialmente (50% de 1957 a 1958 y 80% de 1958 a 1959) luego del inicio de la vacunación obligatoria, sino que las cifras habían sido manipuladas por el Servicio de Salud Pública para dar una impresión opuesta [27]. En concordancia con esto la investigadora Viera Scheibner considera que el 90% de los casos de polio fueron eliminados de las estadísticas oficiales luego del comienzo de la vacunación. Miles de casos de meningitis viral o aséptica son diagnosticados en los EE.UU., previamente a la vacunación se los diagnosticaba como polio.En 1985 la CDC informó que el 87% de casos de polio que se presentaron entre 1973 y 1983 fueron causados por la vacuna, y más adelante declaró que todos, excepto unos pocos, eran causados por la vacuna. Jonas Salk, quien desarrolló la VIP testificó ante una subcomisión del Senado que todos los casos de polio desde 1961 habían sido causados por la vacuna oral. El Dr Samuel Katz de la Universidad de Duke considera que los 8 a 10 casos de polio que se presentan en EE.UU. anualmente son debidos a la vacuna, ya que el virus salvaje no está presente. En los niveles oficiales se dice que este es un"pequeño sacrificio humano por cada año". La NVIC sugiere que el número de "sacrificados" sería mucho mayor que el denunciada por la CDC.Se considera que de 34 países con vacunación a virus vivo, en 24 se registró incremento de los casos de polio.
En síntesis, las vacunas contra la polio incrementan los casos, aún después de una declinación estabilizada, siendo la única causa de polio en los EE.UU.

BIBLIOGRAFÍA· * Basado en "Dispelling Vaccination Myths" de Alan Phillips, julio 1996· [27] House of Representatives. Committee on Inte


Mito 7

"Si un niño no tuvo reacción inmediata a la vacunación, no existe riesgo para él"

Existe una documentación confiable sobre los efectos adversos de las vacunas a largo plazo, tales como los trastornos crónicos a nivel inmunológico y neurológico como el autismo, hiperactividad y desórdenes de atención, dislexia, alergias, cáncer y otras condiciones, muchas de las cuales raramente existían antes de los programas masivos de vacunación. Las vacunas incluyen sustancias carcinogenéticas como el timerasol, fosfato de aluminio y formaldehído, el SV40 y los HTLV (virus linfotróficos).El investigador Harris Coulter, luego de una extensa investigación concluye que la vacunación infantil puede "...causar una encefalitis de grado menor en los infantes en un porcentaje mucho mayor que el admitido por las autoridades sanitarias, en alrededor de 15-20% de los niños". El puntualiza que esta encefalitis puede generar daño cerebral mínimo y no tan mínimo, autismo, trastornos de aprendizaje, convulsiones, epilepsia, trastornos del sueño y del apetito, desórdenes sexuales, asma, muerte súbita (SMSI), diabetes, obesidad y trastornos del carácter como violencia impulsiva, todos trastornos que aquejan contemporáneamente a la sociedad. Nos recuerda que el "...toxoide del pertussis (coqueluche) es usado para generar encefalitis en animales de laboratorio" ("Vaccination, Social Violence and Criminality" Washington, 1991).Un estudio realizado en Alemania encontró correlación entre las vacunaciones y 22 condiciones neurológicas, incluyendo déficit de atención y epilepsia. El dilema que se presenta es que los elementos incorporados con las vacunas aparte de estos efectos crónicos conocidos podrían generar otros trastornos desconocidos por el momento. Sobre todo teniendo en cuenta la rápida incorporación de nuevas vacunas que se producen por ingeniería genética.
En síntesis, los efectos a largo plazo de las vacunas han sido virtualmente ignorados, a despecho de la correlación con muchas condiciones crónicas.




OTRAS REALIDADES

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Hubo un tiempo en que creía las cosas tal como se me planteaban. La familia, la educación, el trabajo, la forma de vida occidental moderna, eran para mi LA REALIDAD, sin otra discusión o conjetura, más que estériles lucubraciones filosóficas.

La vida me condujo por otros lugares, me sacó de mi "sitio seguro" comencé a ver realidades diversas y a hacerme preguntas. A cada planteamiento le seguía el descubrimiento de una realidad paralela a la "socialmente aceptada", siempre más rica que la anterior y a la que el corazón otorgaba su certificado de garantía. Poco a poco, cuanto más miraba hacia adentro, más descubría fuera, empezando el viaje hasta el centro del que soy protagonista.

En este recorrido siento la necesidad de compartir e intercambiar con los otros.

Espero que fructifique la siembra-